divagaciones, elucubraciones, epistolas, despachos, pensamientos, emociones, caminatas y sobre todo vuelos acerca y desde las lejanas tierras del fin del mundo, entre la Cordillera y el Mar. Las palabras aqui empleadas solo representan el sentir subjetivo de quien las escribe, osea, yo mismo mismamente. Eso sería...

lunes, noviembre 28, 2005

Bailable y sin Orquesta. vol. 2

Gran Casamiento Gran
Segunda Parte ¿y final...?



Tercer Acto: Pelea de Divas Cyndi v/s Deborah.


Talvez sea ilustrativo que de alguna pincelada al desfile de animales que han pasado por la casa, en este tiempo y el otro, en esta casa y la otra...

veamos:

La Kuky y la Lobby (dos cobayos, cuyes o conejillos de indias), la primera de ellas muerta en trágicas circunstancias al morder con furia roedorística el cable del refrigerador, el Carolo y la Carola (hamsters), el loro inflable y la tortuga de lana desaparecidos durante la época de la dictadura, Mac el conejo que mantuvo una huelga de hambre en protesta por la llegada del “Pompi” un quiltro simpático, el Cliff un quiltrito de pequeño tamaño que en un acto de total dignidad se fue a morir quien sabe donde, un montón de peces en un acuario muertos todos en una catástrofe ambiental cuando una visita derramo aceite lubricante dentro de su hábitat artificial. El Vicentico primer gato de la casa muerto por negligencia médica tras un postoperatorio de medio día, el Pinky gato blanco que seguro murió “en su ley” en alguna riña callejera por el amor de una felina. Un par de gorriones que nunca duraron mas de un día. Una rana gigante mutante que trajo papá una vez y se la llevó porque sino nos quedábamos sin tina. Mis Deborah Harry que ya saben como llegó. La Natalia otra gata llegada a casa por su propios medios solicitando asilo político y entregada luego en adopción. Los hijos de Miss Deborah entregados también en adopción. El Vicente un basset hound vendido por razones de convivencia con el Tomás un akita hijo de Cyndi que duró en casa algunas semanas y que luego también fue vendido por mas problemas de convivencia con el resto de los miembros de la casa. La Pequita (nombre ñoño que le puso mi mamá), que también es hija de Cyndi y se fue a Lota con su nuevo dueño y la Anabelle otro retoño de la Cyndi que aún sigue en casa.

Si se me escapa alguno le ruego me disculpe...

¿A dónde voy con todo esto?, bueno... una semana antes de la boda mi padre trae a la Cyndi a casa para que la cuidemos por tiempo indefinido y sin mediar pregunta alguna (la Cyndi vivía en el sitio de trabajo de mi padre y como ya no está ahí...). El caso es que yo me opuse en duros términos pero finalmente la perra se quedó. Durante el breve lapso que estuvo en el patio de la casa agredió física y psicológicamente a su hija (que madre desnaturalizada), por lo que debimos trasladarla al jardín y amarrarla. Los vecinos comenzaron a reclamar por la evidente amenaza que veían en aquel desproporcionado animal cuyas feroces fauces han de haber provocado mas de alguna pesadilla. El caso es que finalmente la “perrita” mordió a la pobrecita Deborah...

... y ahí quedó la cagá

Tardé un montón en recordar algún número de teléfono donde ubicar a mi señor padre, cosa que ocurrió cerca de la 1 de la madrugada. Para mayor irritación mía el que me contestó fue su “hijo postizo” que seguramente creyó que estaba soñando:

-alo?... mira dile a Don Julio que llamó Don .... y que dice que si mañana las 12:00 horas en el territorio nacional continental (10:00 hrs. en Chile insular occidental), no se ha llevado a su perra la regala o la mata.... buenas noches.

¿habrá sido musssshoooo?

El imputado no apareció y mi hermana fue hasta su casa para evitar que cumpliera mis amenazas talibanescas, llevando además hasta él un mensaje de mi parte: que según mi humilde punto de vista él debía ocuparse de los gastos veterinarios de Miss Harry...

Al llegar el personaje por estos parajes del bello barrio,que decir, en-fu-re-ci-do... declarando abiertamente que éramos dueños de una total y absoluta mala voluntad, que no éramos capaces de hacer un “pequeño favor”, que iba a ir a abandonar a la perra a su suerte (mentira), que a mi no me hablaba mas, que me olvidara de las deudas monetarias que tenía con él (me niego), y que mi hermana se olvidara de contar con su presencia para la boda y con algunas otras cosas mas...

Ostias!!!!!... la media cagaíta...


Cuartopuntouno Acto: La ceremonia.


Según lo pactado con anterioridad con los señores del Registro Civil del fin del mundo, la ceremonia se celebraría acá en casa el día Viernes 18 de Noviembre a las 17:30 horas. Mi participación en dicho acto sería de fotógrafo y durante los días anteriores, y también el mismo, hacer la recopilación musical para animar el jolgorio posterior en una performance de DJ tercermundista.

Ha de hacerse público que la selección musical fue en completa coordinación con la novel pareja, y si bien es cierto gozaba de algún cierto “libre albedrío” para infiltrar algunas cosas que fueran de mi total agrado (léase música “anormal” como Emir Kusturica & the No Smoking Orchestra, Kojón Prieto y los Huajolotes, o la nunca bien ponderada “filósofa” italiana Rafaella Carrá), otras no lo eran para nada (léase básicamente “regaetton”, guacalaaaaaa).

Encontrábame yo entonces en esas lides recopilatorias, total y absolutamente concentrado (la barrera sónica de los audífonos en los oídos hacía mucho más fácil esa “ensimismización”), cuando en un acto carente de toda delicadeza soy asustado (por la repentinidad), por un primo de corta edad que me trae un mensaje desde abajo:

“Dicen si puedes bajarle a la música”

A esas alturas evitaba que me sudaran las orejas por el calor y me había quitado los audífonos. Me puse de pie, dispuesto a ir a hacer un ataque de ironías del tipo: “los delicaditos de oídos que lleven algodón a la fiesta porque ahí la música estará a alto volumen”; pensando iba en ese tipo de pesadeces cuando caigo en cuenta que la ceremonia va a la mitad y nadie se había dignado avisarme... quedó de manifiesto la “importancia” de mi presencia, resignado subí por la cámara y volví escaleras abajo... finalmente terminé de culpable por no haber visto la hora.

Que me lleven todos los diablos...

Así que ahí estuve, disparo tras disparo, lavando copas en la cocina, saludando con cara de imbécil, y tratando de convencer a una niñita chiquita, de esas que apenas caminan y no hablan, que rompiera algo para animar el “show”. Obvio, la niñita no me dio ni la hora...


Cuartopuntodos Acto: Arriba el novio... abajo la novia “tiquitiquití !!”

Pasada la ceremonia civil, por lo demás la única, era hora de trasladarse en un bus hasta la zona Rural de Guarilihue (ubicada en la Provincia de Ñuble, cerca de Coelemu, y que posee celebraciones tan particulares como “La Fiesta de la Chicha”, uff), a la casa de la abuela del novio que accedió a la petición de “prestar el local” sin oponer resistencia alguna.

Para los efectos del traslado de los comensales se alquiló una micro operada por un amable conductor que tenia cara de bueno para el vino, lo que por definición lo hace un tipo simpático (aunque es muy cierto que también hay borrachos muy muy insoportables). Así las cosas partimos todos hacia lo que debía ser una fiesta donde los pasaríamos muy bien (ja). En mi carácter de miembro honorario del staff técnico del festejo fui traslado en vehículo exclusivo en compañía de mis leales colaboradores (aprovecho de agradecer el apoyo del Edgardo y el Pato, sin ellos todo hubiera sido peor), y obviamente un montón de cables y equipos. El traslado no tuvo mas razón que el hecho impajaritable de tener que llegar a instalar todo antes de que llegara el “populacho” para recibirlos a todos de la forma que se merecen (lo sé, soy absolutamente considerado, jajaj).

Nada más llegar nos dispusimos a armar todo el aparataje sonidístico y hacer las pruebas de rigor, lo que debido a nuestra pericia (modestia aparte), no nos resultó nada complicado. Así que luego de eso solo quedaba esperar la llegada de los comensales, Pato y Edgardo en compañía de unos “vasitos” de ponche y su humilde narrador con una agüita mineral sabor limón (nada más de acordarme me dan ganas de llorar).

Hasta ahí todo bien...

Mientras todos iban llegando y degustando algunos destilados preparados para la ocasión, pusimos algo de música para “tantear el terreno” con resultados bastante satisfactorios, lo que me dio una relativa tranquilidad. Luego de eso fuimos invitados todos a disfrutar de la cena, no entraré en demasiados detalles al respecto, solo diré que estaba bastante buena, me gustan esos sabores ahumados del campo del fin del mundo, y aunque había algunas cosas que no debía comer... comí..... y también bebí... pero poquito (la excusa agrava la falta???). Dejamos de fondo una soundtrack poco típica la Banda de sonido de El Chacotero Sentimental, que dicho sea de paso me gusta mucho, como es instrumental sirve para comer sin desconcentrarse y da pie a que mas de algún individuo en alguna mesa recuerde alguna de esas historias “a lo Rumpy” y colabore con hacer pasar un rato agradable a sus compañeros de mesa. En medio de todo eso era, claro está, la hora de los brindis... el novio, una tía de él.. y por la familia de la novia... pues nadie... así que no me quedó más remedio que tomar por asalto la palabra (al dirigir una mirada a mi hermana pude ver una sonrisa en su rostro y deducir que seguramente ella intuía que mi discurso sería poco ortodoxo), y pronunciar un brindis en honor de los novios... nada muy normal por cierto, cuento corto. Quiéranse, no se mientan, si se tienen que pelear peleen, yo se que se quieren y blah blah blah... y como broche de oro un versito en honor a mi abuela ausente en cuerpo pero siempre ahí:

“Brindo dijo un picaflor
Por todo lo que volado
De flor en flor he andado
Y el Pico no se ha gastado”


Risas del público presente...

Luego de eso, se empezó a caldear el ambiente, se desarmaron las mesas para dejar la pista de baile a disposición de todos quienes quisieran mover el esqueleto, unos más otros menos... Todo bien durante diría yo la primera media hora hasta que el público más “juvenil” comenzó a reclamar algunos de los éxitos del momento (llámese reggaetons, guacalaaaaa!!), debido a la presión popular cedí a su pliego de peticiones (recordando las sabias palabras de José Luis “El Puma” Rodríguez en aquel mítico Festival de Viña en plena Dictadura: “A veces hay que escuchar la voz del Pueblo...” Idolo !!). Ahí creo yo comenzó mi pesadilla...

Cada 78 segundos venía alguien a reclamar por la música, que como pones eso, que córtala de poner esas cosas, que colócate una rancheras, ¿tienes cueca?. No saben el cúmulo de sentimientos acumulados entre risa, rabia, ganas de mandar a todos a freír huevos a Abudabi, en serio, yo solo me remití a cumplir con la lista que los NOVIOS y yo habíamos preparado, si por dios, la fiesta es de ELLOS... Así las cosas los reclamos no cesaron y en una de esas cuando vino un tipo que después de haber bailado unos cuantos regeatonnes con un entusiasmo envidiable (claro, en evidente actitud de coqueteo con la pareja de turn), vino a rogar que le cambiara la música y le pusiera una “güenas cumbias” que ya estaba cansado de ese ritmo de moda “¿GUAT?”, para poca fortuna del incauto mi hermana andaba por ahí y sus palabras recalaron en su oído... pobre tipo, mi hermana lo increpó en duros términos termiando su discurso con algo así como ”mire si no quiere bailar no baile, porque los demás si lo están pasando bien”, por suerte no le dijo que si hubiera sido invierno y hubiera estado nevado (y si mi hígado no estuviera en paro de actividades), yo hubiese cogido un hacha de proporciones colosales y hubiera ejecutado una performance al mejor estilo de Jack Nicholson en The Shining (jajjaj). En fin luego de ese incidente y tras hacer un par de señas a mis fieles amigos y colaboradores me retiré del lugar con rumbo desconocido, a disfrutar de la noche estrellada del campo chileno. Acabé tendido en la parte trasera de una camioneta de dueño desconocido, sin mas cobija que la noche y su manto negro lleno de puntos estelares. Me dormí..., pero solo hasta que el Pato (en un acto de extrema buena voluntad), fue por mi a avisarme que iban a partir el pastel....

Pero si yo no puedo comer !!!!!!

En fin, en ser amigo no hay culpa... ingresé nuevamente al lugar de la fiesta, a ver como todos comían pastel (si, me comí un pedacito pero no le digan a nadie que es secretooooo).

Luego de bocadillo (ya no sé bien si los hechos están relatados cronológicamente pero para el caso es lo mismo), algunas de las tías del novio y también su madre se prepararon raudamente para interpretar en vivo unas cucas que supuestamente iban a ser la delicia de los presentes... bailaron el primer pie de cueca (de unas más desconocidas que nuestro mítico “chanchopato”, es decir del “Guatón Loyola” ni hablar), y luego una de las tías del novio se dirige amenazante hasta él para sacarlo a bailar... él se negó... y se armó el show...

Que si, que no, ya puh pelao baila, que no quiero, que porque, que porque no, que antes tú no eras así, que no que no es eso, que si que has cambiado y que la culpa es de ellaaaaa... y en una señal acusadora de categoría premium apunta directo hacia la novia...

Mi hermana indignada, el novio enojado, discusión, gritos, improperios, la vieja empuja a mi hermana, el novio empuja a la vieja, el hermano de él lo empuja a él, la mamá del novio que llora, yo atrincherado tras los equipos no podía dejar de pensar: “ostias!!! ésta tengo que escribirla”... el adebacle terminó con la mitad de los comensales “amurrados” fuera del local, yo tratando de poner algo alegre de soundtrack para que todos bailaran, salen los novios, vuelven, desarma todo... ¡NOS VAMOS! (chale)... se suponía que la mamá del novio iba a pagar lo del bus, pero nada, que no, que no pensaba pagar, de ahí ya fue el trámite de convencer al chofer de que nos trajera y confiara en que le pagábamos al llegar... finalmente el tío se convenció... menos mal, yo ya me veía de vuelta caminando por la carretera cargado como burro y mas encima sobrio y con calor... me lleven otra vez los 144000 diablos...


Al final, llegamos, mamá se hizo cargo de los gastos, yo con sed, que matrimonio mas abstemio había tenido, el novio enojado con toda su familia y los invitados con el recuerdo de un matrimonio digno de una película de Kusturica, aunque el tal Alex tampoco estaría mal...

Lo que la Ley del Estado ha unido, que no lo separe el hombre...
... o la mujer

Feliz y Dades Compañía Ilimitada


pd: Papá si fue (jajaja).

4 Opiniones:

Blogger trabajadorsocial said...

Oye la he gozado con tu relato, si hasta me acorde de un matrimonio por alla en Nueva Imperial.. Maneje todo un dia para llegar desde santiago, como el asunto se demoro por algun motivo...yo me quede dormido...
Felicidades a los novios, espero que corran mejor suerte que las mascotas de la casa.
Dios Salve la Reina, dirian por estos lados..
Saludos

noviembre 28, 2005 11:44 p. m.

 
Anonymous Anónimo said...

Idolo!!!!!
No podria estar mejor contada la historia ademas es solo a ti que te pasan esas cosas... Besos y Felicitaciones...

noviembre 29, 2005 12:18 a. m.

 
Anonymous Anónimo said...

dicen que tienes 34

noviembre 29, 2005 5:49 p. m.

 
Blogger Alex de la Iglesia said...

34 ¿guat?

noviembre 30, 2005 2:46 p. m.

 

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