divagaciones, elucubraciones, epistolas, despachos, pensamientos, emociones, caminatas y sobre todo vuelos acerca y desde las lejanas tierras del fin del mundo, entre la Cordillera y el Mar. Las palabras aqui empleadas solo representan el sentir subjetivo de quien las escribe, osea, yo mismo mismamente. Eso sería...

domingo, noviembre 20, 2005

De la Primera Época vol. 2

La Pichanga de Barrio...El Último Gol, gana.

Antes de continuar tocando piano en este teclado he de dar públicas excusas por mi ausencia, sobretodo ahora a sabiendas de que algunas personas (perdón por pluralizar), si se han “malacostumbrado” a pasearse por aquí...

Pichanga, un término bastante folklórico, de hecho creo que en una de sus acepciones pertenece creo que exclusivamente a estas tierras a medio millar de kilómetros de la capital de Reino. Veamos.

Pichanga en su acepción de carácter culinario describe un plato que es mas bien un “platón” por cierto nada de sano, que lleva papas fritas, trozos de carne de vacuno y cerdo, palta en trocitos, queso en trozotes, algunos de esos embutidos “cecinosos” de dudosa procedencia, aceitunas... por lo demás para evitar cualquier tipo de “atoramiento” es lógico que se debe acompañar semejante festín con algún liquido que ayude a lubricar el tracto digestivo, deseablemente el líquido a de tener algún grado de alcohol. De carácter social (absolutamente nadie va a ir a comerse una pichanga solo), es el término de reuniones de camaradería, encuentros imprevistos con algún individuo que no veíamos hace tiempo, por esos ataques de hambre repentina o simplemente (o complicadamente), luego de algún encuentro futbolero... lo que nos lleva a la siguiente acepción de dicha palabrita...

El fútbol (o “jurgol”), debe ser, y por alguna muy extraña razón, el más popular de los deportes en este fin del mundo (y parece que en el resto también), despierta pasiones increíbles, entrega alegrías al país (se ha de reconocer que éstas cada vez son menos), provoca conflictos matrimoniales, filiales, amorosos, delictivos, etc...

La pichanga viene siendo la práctica urbana findelmundística de aquel llamado “rey de los deportes”, practicada en todo los rangos etáreos, estratos sociales, en los recreos escolares, en alguna área verde municipal, en el patio de la casa, en donde sea... si bien es cierto el reglamento básico de la práctica se fundamenta en los principios del fútbol carece en absoluto de la “seriedad” de éste.

El campo de juego no es necesario delimitarlo, basta que alguien durante el desarrollo del compromiso sienta que la pelotita salió “muy allá” para cobrar un saque, que otro se queje mucho de algún puntapié, planchazo u otro para que se cobre la falta... obviamente el árbitro de la contienda no existe fundamentándose todo el reglamento en la honorabilidad (o el “tamaño”), de los jugadores.

Los partidos eran eternos (con todo lo subjetivo que es esa “eternidad”, como cuando íbamos de pequeños a un sitio y decíamos había como 1000 personas y en “realidad” eran 26, o cuando hablas 2 minutos y en realidad fueron mas de 5 horas o al revés... así o más enredado?), La medición del tiempo tampoco tenía la rigurosidad profesional, era mas bien algo de características “ocurrísticas” (relativo al “ocurrismo” del shilensis “me le ocurrió” es decir, “mira que brillante idea acabo de tener”), y bastaba que alguien dijera que ya era el momento de invertir la dirección de ataque y dijera: “ya puhhh cambio de la’o” y seguro otro le respondía: “ya ya, oye voy a tomar agua, ¿quién quiere?”

La distancia entre un “poste” y el otro, del arco, se mide en pies, pasos o similares (muy exacto ¿no?), no hay elemento horizontal en dicha portería, por lo que la altitud de un tiro al arco depende proporcionalmente al tamaño del arquero de turno.

Respecto de este último personaje hay diversos mitos, los cuales han dado incluso nacimiento a expresiones populares como:

“el mas gueón juega al arco”


que en correcto español quiere decir algo así como “el individuo más tonto del grupo ocupará el lugar del portero”. Era evidente que en la práctica de este deporte de barrio era así, aquel que carecía de las técnicas depuradas que requiere darle de patadas al esférico irremediablemente estaba condenado a arquero eterno. Por esas cosas de la vida era muy corriente que además éste desdichado ser fuera el dueño de la pelotita, así que la dualidad era evidente: si el tipo no jugaba no había partido porque obviamente no iba a ser tan tan caritativo para prestarla sin participación en el “negocio” y dos, nadie se iba a arriesgar a ponerlo de delantero cuando lo mas probable era que errara todos sus disparos, además quien pretenda pensar que también es una tontería ponerlo al arco si tampoco era muy diestro en el arte de “atajar” hay dos razones de peso, primera: el puesto de arquero es lejos el más aburrido de todos; y dos: “la mejor defensa es el ataque” (eso parece como de Bush).


Otro dicho dice mas o menos así :

“todo es cancha”

--(accidente: luego de la frase anterior llevaba dos paginas más escritas, como me concentro en esto y siempre olvido que hay en este maldito programa una opción de autoguardado, alguien acá en casa provocó un cortocircuito y luego de volver a encender este tarro me dejó aquí.... que rabiaaaaaaaa)--

... en el resumen mas resumido que podría resumir diría en tres palabras que significa: “todo es posible”. Cualquier, cualquier lugar por donde se pudiera correr con la pelotilla pegada a los pies era parte del campo de juego. Por la tierra, por el pasto, por dentro de los edificios, por los estacionamientos, por la acera, por detrás del arco, por la cancha grande, etc etc etc... Muy a menudo este hecho daba lugar a que los dos mejores jugadores (técnicamente hablando de habilidad pelotera, sabemos que el fair play es otra cosa), transformaban el juego en una disputa fiera y personal lo que les llevaba a monopolizar el encuentro paseándose durante largos ratos como en una coreográfica lucha de los dios machos alfa de la manada, bajo la aburrida mirada de sus congéneres.

Algunos de ustedes, los del circulo de oro (el top five de los golden pelagatos), se preguntarán si existía en esta instancia la posibilidad de ser ungido como el héroe de la jornada (remitiendo la memoria al recorte del Paco Libre), y si, la respuesta es positiva, existía una manera...

Como ya se precisó anteriormente el tiempo no era algo que se midiera durante el desarrollo del compromiso deportivo, la mayor parte del tiempo la disputa finalizaba cuando la progenitora del dueño del balón lo invitaba a acuartelarse a viva voz con el típico: "Juanitoooo a tomar once !", era en ese momento en que todos los jugadores se miraban a la cara, se encogían de hombros hasta que alguno se atrevía a preguntar: “oye y a cuanto vamos?” la respuesta a esa interrogante no tenía respuesta, cualquiera que hubiese osado responder habría sido inmediatamente increpado por algún miembro del equipo rival, por muy amistoso que sea un juego en el fondo todos quieren ganar... y entonces llegaba la oportunidad cuando alguien decía “ok, hay que apurarse que el juanito ya se va...”

Entonces...

“Último Gol gana todoo”

Todo lo pasado se olvidaba, 3 a 4, 56 a 29, que importaba, era el sueño del pibe, los eternos perdedores (el equilibrio de los equipos dejaba bastante que desear), veían ante sus ojos la oportunidad de salir victoriosos (“ya cabros ahora si que ganamos”), a pesar de los pesimistas pronósticos de siempre. Los otros los “buenos pa’ la pelota”, confiaban en que su excelente manejo del balón les permitiría una vez más quedarse con el triunfo. Y a veces sucedía el milagro...

...la sacaba Juanito desde portería, directo a los pies del “chinco pesos”, este corría un par me metros y entregaba el pase al “fende”, una finta y dejaba en el camino al “andy” luego la cambiaba de orilla y colocaba la pelotita en los pies del “totocha”, éste corría y corrí por la orilla, como alma que lleva el diablo, ganando la línea de fondo luego de dejar al “puchero” y al “guatón Mario” en el camino, un centro increíble, un cabezazo... todos saltan, rechazo a medias del portero, un mega disparo del “fende” directo a portería, palooooooo... la toma un defensa intenta despejar, nuestro arquero nervioso en mitad de la cancha (casi ganábamos y su mamá iba a tener la cara de tres metros por su demora), el defensa da un patadón a la pelota, ésta se eleva, cae a metros del lugar, otro disparo a portería, tapada del arquero, la pelota sale del área chica (¿cuál?), la toma “el guatón Mario”, le pega con el alma, solo veo venir la pelota hacia mi, rauda, veloz... me choca en la rodilla....

GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL !!!!!!


Los abrazos de rigor, los festejos, la vuelta olímpica y Juanito que agarra la pelota y corre hasta su casa antes de que lo lamente más...

...quien iba a crerlo?


"Gol en el campo paz en la tierra.

Qué bonito es el fútbol, qué pasiones despierta
defiende tus colores... sudar la camiseta
qué bonito es el fútbol para los que gobiernan
están pegando el palo sin partido de vuelta

Gol en el campo paz en la tierra.

Justicia corrompida arbitra la contienda
patrón enloquecido despide libremente
y roban la pelota por la extrema derecha
atentos al remate que va directa a puerta

Gol en el campo paz en la tierra
Tras la pelota hay mucha mierda."




“Gol en el campo”, La Polla Records, del disco “Carne para la Picadora” 1996

1 Opiniones:

Blogger El félido-compilador. said...

Aquí en el 'Ombligo de la Luna' la "pichanga" -en la segunda ascepción- equivaldría a una "cascarita". Tu escrito me ha hecho recordar fines de semana similares. Cuántas veces me agarraron a chanclazos por haberme quedado en la calle echando una cáscarita en lugar de ir a comprar las tortillas y llevarlas a tiempo para la hora de la comida. Hoy en día, en que simpatizo poco con ese divertimento masivo, me pongo a recordar en lo poco que sabíamos los caguengues de esta parte del mundo sobre el 'fucho'. Qué pena, me avergüenzo de mi pasado(je,je,je).

junio 06, 2007 6:23 p. m.

 

Publicar un comentario

<< Home