divagaciones, elucubraciones, epistolas, despachos, pensamientos, emociones, caminatas y sobre todo vuelos acerca y desde las lejanas tierras del fin del mundo, entre la Cordillera y el Mar. Las palabras aqui empleadas solo representan el sentir subjetivo de quien las escribe, osea, yo mismo mismamente. Eso sería...

jueves, noviembre 10, 2005

De la Primera Época vol. 1

Hoy: El Paco Libre

Hace tiempo vengo dándole vueltas a esta idea, seguramente por la nostalgia que me da al pasear por este barrio del fin del mundo y percibir la ausencia de los conocidos juegos infantiles que antaño ocupaban nuestras tardes poblacionales (¿caída de carnet?...puede ser...) Quizás sea la oferta “canalística” de la televisión de hoy, señales llenas de dibujos animados en funciones de matiné, vermout y noche, les dejan poco tiempo a los niños de hoy (21st century digital boy) para inventar juegos o resucitar algunos de la prehistoria de este país. Mucha consola de juegos... incluso he oído a mis sobrinos usar un nuevo verbo... "videojugar", me lleve el diablo.

La mayor gracia de los juegos de mi tierna infancia era (según yo), la posibilidad de ser el villano de turno o el héroe de la jornada, recibiendo el repudio o la adulación por parte de sus pares según fuera el caso. Además que si vamos un poco más lejos también es posible hacer una suerte de análisis sociológico de la representación del orden social que imperaba en las calles por esos tiempos, en que aún estaba lejos eso de “la alegría ya viene...”

Y como era el Paco Libre?

Bien. El mentado juego consistía básicamente en que algún individuo del grupo (mientras más numeroso tanto mejor), era seleccionado a través de una serie de artimañas. La más usada de ellas en estas cosas de grupos “grandes” era la “matita” que se trataba de entonar a coro:

“aaaaa laaaaaaaa maaaaaaa-ti-taa !!!!”

acto seguido cada uno de los participantes ponía una mano al centro del grupo ya fuera con la palma hacia abajo o hacia arriba, la porción de mayor cantidad iba quedando dentro de la competencia hasta que solo quedaban dos que la mayoría de las veces definían a través del “cachipún” (piedra, papel o tijeras), ya fuera a “la primera” o a “la tercera”. El último desafortunado era el que empezaba por “pescar” (atrapar), al resto de sus congéneres que se escapaban por todos lados evitando ser atrapados por este ser. A medida que se los iba atrapando se les “encerraba” en un sector delimitado convenientemente que recibía el nombre de “capacha”. El juego acababa cuando obviamente era todos atrapados y el siguiente “atrapador” era el primero que fue atrapado en la ronda anterior. La mayor satisfacción del juego consistía en transformarse, como ya se dijo, en el héroe de la jornada, el “libertador general" de aquellos pobres reprimidos por la “autoridad” de turno. ¿Cómo se lograba?, simple, juntando todas las fuerzas de mundo se emprendía una carrera a toda máquina hacia la capacha, evitando caer en manos del "atrapador" y cuando los pies del héroe pasaban por dentro de esa demarcación éste procedía a gritar:

¡¡¡¡¡¡¡¡¡ A lo Liiiiiiiiibreeeeeeeeeee !!!!!!!!!!

de esta manera todos los angustiados prisioneros eran liberados, festejando con gritos de júbilo entre vítores a su emancipador, volviendo todo al punto de partida.

Había algunas variaciones de este juego (la creatividad desbordaba en esos años), se me vienen a la mente dos:

El Paco 14 que era básicamente los mismo pero cada uno de los atrapados ayudaba a atrapar al resto, haciendo que el juego se agilizara enormemente, pero suprimiendo la figura del caudillo liberador (puede haber sido esta una artimaña del gobierno para no despertar en los púberes esos “aires de libertad”).

La otra variante era jugar por grupos, el clan en pleno se dividía aritméticamente por la mitad (azarosamente o por elección de los más hábiles), entonces unos pescaban y los otros arrancaban, alternándose estos roles conforme pasaban las horas. Acá también era posible liberar a los compañeros caídos en las garras de la represión.

Demás está decir la cantidad de horas que se podía estar jugando a esto, casi siempre el juego terminaba por la deserción de algunos de los participantes que eran llamados desde sus casas por sus madres a tomar once. Saludable por donde se mire, contribuía a mantener el buen estado físico de los infantes, eliminar las toxinas a través de la transpiración y dar trabajo a las madres lavando una cantidad industrial de ropa cada semana.

Ni hablar de lo sucios que quedábamos, llenos de tierra... pero felices.


"21st Century (Digital Boy)"

I can't believe it, the way you look sometimes
Like a trampled flag on a city street, oh yeah
And I don't want it the things you're offering me
Symbolized bar code quick I.D., oh yeah
I'm a 21st century digital boy
I don't know how to live (or read)
But I've got a lot of toys
My daddy is a lazy middle class intellectual
My mommy's on valium, she's so iniffectual

Ain't life a mystery?

I can't explain it, the things they're saying to me
It's going yayayayayayaya, oh yeah
I tried to tell you about no control
But now I really don't know,
and then you told me how bad you had to suffer
Is that really all you have to offer?



Del disco Against the Grain (1990), Bad Religion.