divagaciones, elucubraciones, epistolas, despachos, pensamientos, emociones, caminatas y sobre todo vuelos acerca y desde las lejanas tierras del fin del mundo, entre la Cordillera y el Mar. Las palabras aqui empleadas solo representan el sentir subjetivo de quien las escribe, osea, yo mismo mismamente. Eso sería...

martes, diciembre 06, 2005

Sin Nombre...

Un Cuento de no Navidad

Desde muy pequeña solía mirar hacia el cielo, buscando formas en las nubes y haciéndolas sus amigas y amigos. La señora ballena, el perro gordo, el hombre palomita de maíz... todos y cada unos de ellos había formado parte de su infancia, habían sido compañeros de juegos, confidentes, en los momentos felices... y los otros también.

Así se pasaba tardes enteras mirando a través del cristal de su ventana, luego al pasar los años y serle permitido salir de casa hacia el mundo exterior se maravilló igualmente con los aromas que llegaban hasta su pequeña nariz de niña, disfrutaba de ellos y de los sonidos que el viento, un amigo hasta ese entonces desconocido, le regalaba día tras día...

Pero nunca olvidó que su mayor deseo era abrazar a esos amigos aéreos, aquellos que siempre le habían acompañado y que la miraban desde arriba en todo momento, aún en esos días azules cuando parecían ausentes... ella imaginaba que solo se estaban divirtiendo en ese mar de allá arriba jugando bajo el agua seca que estaba sobre su cabecita de soñadora. Allí era cuando más ganas sentía de subir, de elevarse hasta allí y jugar con ellos, tomarlos de la mano y deslizarse junto a ellos con la ayuda de su nuevo amigo el viento.

Ella quería volar...

Un día decidió tomar la cámara de su padre y fotografiarse junto a ellos, dirigiendo sus disparos hacia arriba, de manera que todos sus amigos aparecieran sobre sus hombros, colgados en sus cabellos como adornos celestiales. Se fotografió junto a ellos miles de veces, y por las noches en su cuarto, cuando allá arriba también estaba oscuro y sus amigos dormían iluminados por esas miles de pequeñas lucecitas que los adultos llamaban estrellas, miraba las fotografías una y otra vez imaginando que sus pies no tocaban el suelo.

A tal llegó su deseo que un buen día pensó que si ella no podía subir existía la posibilidad de hacer bajar a alguno de ellos. Les gritó muchas veces invitándolos a todos por su nombre, pero nunca hubo respuesta. No se desanimó, pensaba más bien que la distancia era algo grande y si a eso le sumaba el ruido ambiente de la ciudad pues era difícil que la oyeran. Recordó entonces que cerca de su casa había un cerrito pequeño, donde alguna vez había ido con su mamá a encumbrar más de una cometa, a la que cada vez le ponía mensajitos para sus amigos. Entró a casa, buscó en el espacio bajo la escalera que iba hacia el segundo piso una cuerda, y emprendió la marcha.

Una vez en el cerrito, practicó con la cuerda muchas veces para tratar de atrapar a alguno de sus amigos, cualquiera el que estuviera mas cerca... un intento, dos, tres... ocho, quince... sus pequeños bracitos se cansaban, pero el deseo era más fuerte que eso.

De pronto vio venir hacia ella una nubecita pequeña, una que antes no había visto y pensó que esa era su oportunidad, cerró los ojos, giro la cuerda sobre su cabeza, rápido, más rápido... y la lanzó... sintió un tironcito... y luego ya no... pensó que se había escapado... pero al abrir sus ojos vio que no, que si la había atrapado... trató de recoger la cuerda, de jalarla hacia si... pero su amigo el viento no era hoy de mucha ayuda y empujaba a la nubecita lejos de ella. Sostuvo la cuerda con sus pequeñas manos lo más fuerte que pudo, la cuerda estaba muy tensa, ya no tenía mucha fuerza, comenzó a caminar en dirección a la nube para disminuir la tensión, pero no resultaba, cada vez el viento soplaba mas fuerte, y la tensión aumentaba, sus pies comenzaron a arrastrarse por aquel campo de flores amarillas bordadas en el cerrito, pero no podía soltar la cuerda, nunca había estado tan cerca y no iba a darse por vencida... cuando las fuerzas ya la abandonaban y una lágrima ya casi rodaba por su mejilla, cerró los ojos y apretó los puños... “nooo...” – gritó, y sintió en la cuerda una extraña vibración... entreabrió sus ojitos de almendra y vio venir hacia ella, sobre la cuerda, a un extraño personaje... parecía deslizarse sobre la cuerda tan livianamente que solo producía esa pequeña vibración... a los segundos, aquel personaje estuvo frente a ella... no dijo nada, solo le sonrió... ella soltó la cuerda, que cayó sobre sus pies sin moverse más... él acarició una de sus mejillas, ella cerró los ojos y sintió al viento jugar con sus cabellos... tenía miedo, miedo de abrir los ojos, miedo de despertar... con los ojos cerrados se sentía en otro lugar y le gustaba estar allí.. sintió una mano en la suya... abrió sus ojos... se abrazó fuerte a aquel ser de hermosa sonrisa, escucho latir su corazón... y poco a poco... iba sintiendo que sus pies se alejaban del suelo, dejando atrás aquel cerrito bordado de flores amarillas...


"You may say Im a dreamer,
but Im not the only one,
I hope some day you'll join us,
And the world will live as one"

John Lennon